Pollo frito, kebabs, pizzas y hamburguesas: barrios que engordan

Barrios que engordan

Un hombre espera tranquilo mientras su hijo come pollo frito con patatas a la hora de la comida, cuando salen los niños que no comen en el colegio y que no tienen actividades extraescolares por la tarde. Lee, vecino del barrio madrileño de Vallecas, elige este restaurante de kebabs y pollo frito “para salir del paso”.

“Muchas veces no me da tiempo de cocinar. Yo puedo aguantar un rato, pero él necesita comer”, dice este cocinero de Perú que lleva 14 años en Madrid y trabaja cerca del Parque del Retiro. También influye en su decisión que le gustan los kebabs, que el lugar “está tranquilo” y el precio de este lugar de reciente apertura. Como en muchos establecimientos de este tipo se pueden encontrar ‘combos’ que incluyen bebida y patatas por menos de cinco euroscuando los precios de los menús del día, más equilibrados, se han disparado en años recientes.

En los 1,3 kilómetros que separa el Puente de Vallecas hasta la curva que hay después del estadio del Rayo Vallecano por la Avenida de la Albufera, una de las principales vías de Vallecas, hay veinte establecimientos que ofrecen kebabs, pollo frito, hamburguesas, pizzas o bollería industrial. Esto equivale a comida rápida cada 65 metros en promedio sin contar las tiendas de alimentación donde se venden gominolas, refrescos, bebidas energéticas azucaradas y otros productos de alto nivel calórico pero escaso valor nutricional.

“Los colegios situados en áreas en desventaja económica tienen una mayor disponibilidad de establecimientos de alimentación poco saludables que aquellos que se encuentran en zonas aventajadas. De hecho, las escuelas en barrios desfavorecidos con comercios de comida poco saludable en los alrededores superaron en un 62% a aquellas situadas en zonas de nivel socioeconómico medio”, concluye el informe Desigualdades económicas alimentarias en el entorno escolar en el contexto de Europa del Sur que elaboraron el profesor Manuel Franco y su equipo, que estudian desde hace años la relación entre economía y salud desde distintas perspectivas. Sus investigaciones han cristalizado en el proyecto Heart Healthy Hoods.